Algunas mujeres tienen o nacen con los pezones invertidos (o sólo un pezón), o desarrollan esta deformidad con el tiempo, o bien como resultado de la lactancia materna. Aunque no suele ser un problema a nivel funcional (sólo a veces puede impedir la lactancia materna), sí que puede suponer una incomodidad social y generar ansiedad. Los pezones invertidos se pueden corregir fácilmente mediante una intervención ambulatoria con anestesia local en nuestra consulta. El tratamiento no deja cicatrices visibles, no es doloroso ni requiere tiempo de inactividad o recuperación.